miércoles, 25 de noviembre de 2009

qué hinchapelotas

ocurre, *señor director*, que no tuve una buena semana. por ejemplo, el lunes pisé una baldoza malparida y me empapé los zapatos; el martes, el kioskero no tenía cambio de cien pesos y no pude comprar mi bocadito bonafide, el muy perro; el miércoles, el sol secó por demás mis plantitas; el jueves vi como dos descarados jovencitos se daban besos en la puerta de mi casa; el viernes me enteré de que mi vecina la viuda se consiguió un nuevo pretendiente y con guita y yo sin nadie aún; es por eso que hoy, sábado, me cansé de que me caguen la vida y de la alegría de los demás. es por eso, *señor director*, que estoy cansada de leer esas cartas en las que todo el mundo agradece ¡a los empleados públicos! válgame dios, a dónde hemos llegado... no puedo creer que alguien le agradezca a un cajero de banco nación porque atendió de forma amable... ay, *señor director*, por favor, escuche lo que tengo para decirle:

De gracias y deberes
Se ñor Di rec tor:
"Muchos diarios del país publican en la sección Cartas de lectores misivas de contenido similar: gente que agradece a un funcionario público (de una oficina, un hospital, una Legislatura, etcétera) por haber sido bien atendida. Ahora bien, ¿es necesario agradecer?
"Cuando un empleado ingresa en una empresa o institución, lo hace para cumplir una tarea específica. Lo que le corresponde es desempeñarla de la mejor manera posible. No estaría mal agradecer cada gesto favorable que se nos dedica. Pero de allí a casi endiosar a una persona que sólo cumplió con su deber, hay un gran trecho."
Lic. Mariela Sarmiento

marieeelaaaa... ¿tomaste tu pastilla hoy? ¿por qué están enojada? ¿se acabaron las pilas de tu aparatito? dejate de joder, mariela. y andá a trabajar. y no te quejes más.

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