miércoles, 30 de septiembre de 2009

y... sos un idiota

con la siguiente carta, tengo dos hipótesis:
a) que ricardo tiene que conocer a alguien en *mi diario* para que lo dejen publicar esta carta tan pelotuda; b) -y la más probable- todos sabemos que la sección carta de lectores es la página más divertida de la nación; es por eso que de vez en cuando sus editores se permiten incluir cartas que son auténticas pelotudeces para que todos nos caguemos de risa en serio; supongo, entonces, que la de ricardo jorge pareja es una de ellas. es que no hay otra: hasta él mismo se da cuenta de eso y trata de redondear la idea al final. pero bueno, ricky es un idiota, un idiota a tiempo completo (no eventual).

El idiota eventual
Se ñor Di rec tor:
"Es cierto e irrefutable, que en nuestro país lamentablemente el analfabetismo involucra a un porcentaje importante de la población. Tan cierto como irrefutable que desde el Estado poco y nada se ha hecho y se hace por «educar al soberano». Pero también es cierto e irrefutable que muchos argentinos hemos tenido acceso a una educación primaria, secundaria, terciaria o universitaria, circunstancia que nos confiere la posibilidad de estar más cerca del entendimiento, aunque no de manera absoluta ni excluyente.
"De hecho, desde el Gobierno no se nos trata como analfabetos o alfabetos, sino como idiotas, circunstancia que no necesariamente se debe comparecer con una u otra condición, pero capaz de abarcar a ambas.
"La gran duda es saber si se nos trata como idiotas porque realmente lo somos o esto tiene mucho que ver con esa falta de compromiso que nos caracteriza y nos convierte en idiotas eventuales, algo mucho más grave y descalificador.
"Las frases hechas no son obra de la casualidad sino de la causalidad y entonces bueno es recordar la tan trillada y familiar que dice: «Los pueblos tienen los gobernantes que se merecen».
"Si la frase nos avergüenza, formamos parte del grupo de los idiotas eventuales; caso contrario, de los idiotas crónicos e irrecuperables. La gran diferencia consiste en que el idiota eventual sufre y se acuerda de Dios para pedirle perdón o maldecirlo; el idiota crónico, en cambio, no se da cuenta y mal puede endilgar a otro el que lo haya tomado por tal.
"Obviamente, la mayor gravedad de ser un idiota eventual radica en la decisión consciente o inconsciente de serlo.
"Para concluir, intentando que el concepto se entienda y de esa manera poder entender al Gobierno, habrá que tener en cuenta un detalle: sólo el idiota eventual como yo, por ejemplo, es responsable de conseguir que a todos nos tomen por idiotas."
Ricardo Jorge Pareja

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