viernes, 31 de julio de 2009

diálogos...

no hay nada mejor que *convocar al diálogo*. la gente, hablando, se entiende mejor. eso sí: los que llaman al *diálogo* tienen que entender que queremos dialogar de lo que nosotros queremos.
es decir, todo bien con tu convocatoria, juan ignacio, por más que esté impregnada de los vicios que le achacás a quienes lo convocan.

Diálogo y palabra
Se ñor Di rec tor:
"Después de las últimas elecciones, ha surgido como necesidad imperiosa el diálogo. Todos quieren dialogar, es necesario el diálogo, dicen? Todos lo piden, pero muy pocos lo saben practicar. ¿Por qué? Porque solamente hay diálogo si sus palabras valen, si sus palabras están cargadas de «verdad». Si no, no servirá de nada. Para entender esto podemos tomar como ejemplo a los toltecas, pueblo mexicano. Ya ellos en su sabiduría para encarar la vida hablaban sobre la verdad de la palabra, ésta tiene que ser «impecable», es decir, «sin pecado». Limpia, pura, sin medias tintas. Si no es así, el diálogo no fructifica. Serán sólo palabras. Así lo ha demostrado con creces este gobierno, principalmente porque nadie se salva: sus palabras han sido tendenciosas, cargadas de mentiras y rencores, dañinas, llenas de resentimiento.
"Y todo vuelve. Si no, veamos el resultado de estas elecciones. Por eso es necesario que todos, absolutamente todos, tengamos presente esta condición, y veremos que con menos palabras, pero «impecables», nos podremos entender mucho más. Llenemos nuestras palabras de «verdad» y veremos cómo cambia nuestro bendito país. Eso espero."
Juan Ignacio Pearson

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